Esta receta es gracias a David el mejor pescadero que conozco.
Hace cosa de 1 mes cada vez que voy a la pescadería, me recomienda esta receta pero como no habia tenido tiempo de probarla, el último día le dije que haría la prueba.
El resultado ha sido tan bueno, que creo que como aperitivo o entrante de estas fiestas navideñas, o aperitivo en cualquier otro momento del año, es un exito rotundo.
Se tarda poco en hacer y si te las pones en un cuchurucho te las comerías como si fueran pipas.
Quedan crujientes por lo que se pueden comer enteritas, no hay que pelarlas. Lo cual para alguien como yo, que tardo una eternidad en pelar mis gambas o langostinos es una gran revelación. ¡Ya no seré la que menos gambas coma!
¿Que se necesita?
- 170 g de Gambas Arroceras
- Harina
- Sal
- Aceite de Oliva Virgen Extra
Hay que pasar las gambas por harina, y a la harina la he añadido un poco de sal.
Para rebozar las gambas tenemos dos opciones:
Primera opción: es poner un plato con un montoncito de harina con la sal ya incorporada.
Ir pasando las gambas una a una por la harina quitando el exceso de harina.
Dejarlas reservadas en otro plato.
La segunda opción: creo que más rápida.
Meter un montoncito de harina con la sal incorporada dentro de una bolsa, de las de congelar o una cualquiera sin agujeros, muy importante lo último ;)
Introducir las gambitas dentro.
Cerrar muy bien la bolsa y que queden con aire dentro.
Agitarla y así toda la harina rebozará las gambas perfectamente.
Ya sólo nos queda calentar aceite en una sartén o cacerola hasta que esté bien caliente.
Ir echando las gambas de una en una y no demasiadas a la vez para que se vayan dorando.
Cuando esten doradas, retirarlas del aceite y colocar sobre papel absorvente.
La presentación ya corre de vuestra cuenta.
Toma Nota:
- La cantidad que he puesto de gambas dan para más de tres personas, pero claro depende de cuanto os gusten las gambas y cuantas pongais por persona.
¡Espero que las probeis!
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