Siempre que viene alguien a casa a comer o cenar, pienso en que podria hacer de aperitivo que este delicioso y no me complique mucho la existencia.
Hay veces en las que como se me meta en la cabeza que quiero cocinar algo, por complicado que tenga el día, hasta que no lo consigo, no paro. Pero, suelo hacerme una lista del menú que podría hacer, luego se la leo a mi marido que me pone los pies en la tierra, diciendome que otras cosas me habia propuesto preparar y del tiempo real que tendré mientras él entretiene a los peques...
Aún así, hay recetas como esta en las que la ayuda "indispensable" de mis pequeños ayudantes es bienvenida.
Es fácil, rápida y se puede dejar preparado el día antes.
¿Qué se necesita?
- 1 Plancha de Hojaldre Rectangular o Cuadrada
- 2 Cebollas Grandes
- 100 g de 4 Quesos Rallado
- 1 Cucharada de Queso Parmesano en Polvo
- 30 g de Semillas Variadas (Pipas de Girasol, Sesamo, Lino, Calabaza y Amapola)
- Pizca de Sal
- Aceite de Oliva Virgen Extra
- 1 Huevo Batido
Primero vamos a pelar las cebollas y picarlas.
Meterlas en un recipiente apto para microondas y con tapa.
Añadir una pizca de sal y un chorrito de aceite a las cebollas.
Tapar y meter al microondas unos 15 minutos a 900W.
Cada 3 minutos mirar y remover para que se doren por igual.
Una vez estén listas las cebollas las reservamos hasta que se templen y luego las metemos en la nevera.
Cuando estén frias las cebollas, ya las sacamos de la nevera así como el hojaldre.
Precalentamos el horno a 200ºC.
Extendemos el hojaldre sobre una superficie plana y sobre el papel de horno que trae.
Si el hojaldre es rectangular coloca la plancha de masa de manera que los dos lados más largos de la masa te queden de frente y los laterales de la masa sean los lados más cortos. (Así saldrán más espirales).
Si la masa el cuadrada da lo mismo la colocación por que todos los lados son iguales.
Extendemos las cebollas por todo el hojaldre, hasta los límites de la masa, pero dejando 1,5 cm o algo más en el lado más largo que estará más cerca de ti.
Añadimos el queso rallado cubriendo las cebollas.
Espolvoreamos el parmesano.
Ahora tenemos que enrrollar.
Vamos a empezar a enrrollar desde el lado más largo y más alejado de ti, apretando los primeros giros bien para que no quede mucho hueco en cada giro.
Hay que girar con las dos manos a la vez o si teneis ayudantes, con muchas manos girando a la vez, hasta que llegueis al la zona en la que no pusimos relleno y de esa manera no se saldrá.
Una vez hayamos terminado de enrrollar el hojaldre, lo dejamos colocado con el cierre hacia abajo sobre su papel de horno.
Colocarlo sobre una bandeja de horno.
Meter la bandeja de horno en la nevera para que se enfrie bien el hojaldre durante unos 15 minutos.
Sacamos de la nevera.
Batimos un huevo y barnizamos un lado del rollo de hojaldre.
En una bandeja alargada, para que entre el rollo entero y pueda girar, echamos las semillas.
Hacemos rodar el rollo por la zona barnizada y pintamos de huevo el resto del rollo de hojaldre.
Rodamos la parte que nos queda por cubrir de semillas para que quede todo recubierto.
Con un cuchillo bien afilado, cortamos rodajas de 1 cm. de grosor del rollo.
Las rodajas se colocan sobre el mismo papel de horno que teniamos antes sobre la bandeja de horno, dejando espacio entre ellas puesto que aumentarán de volumen en el horno.
Meter en la nevera otros 10 o 15 minutos.
Sacar de la nevera y meter en el horno, hasta que estén doradas.
Toma Nota:
- Se pueden dejar preparadas el día antes y mantenerlas sobre la bandeja de horno, cubiertas con papel de aluminio, pero no en el horno, para que no se reblandezcan.
- Al día siguiente puedes darles un golpe de calor en el horno si las quieres calentitas, pero están buenísimas tal cual están.
- Con una plancha de hojaldre me salieron unas 22 espirales, pero depende del tamaño de la masa y de lo gruesas que sean las espirales.
- Si no tienes queso rallado, también se pueden usar lonchas de queso que se funda con facilidad.
¡Espero que os hayan gustado!
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