Estaba en casa pensando que hacer para una comida de domingo, que no me diera mucho trabajo pero que no fuera algo de todos los días por que era fin de semana y es lo que más recuerdo de pequeña. Los fines de semana, la comida era distinta a la comida de diario. No se si seria el comer en el comedor en vez de en la mesa de la cocina o el tener más tiempo de sobremesa para degustar maravillosos postres. Por supuesto, cualquier cosa que cocines si le das un pequeño giro puede ser una comida especial.
Hace un tiempo como os conté en noviembre, hice Dulce de Membrillo y como tengo en mi nevera un recipiente con un buen trozo de él, me decidí a utilizarlo en esta receta salada.
El Membrillo tiene otras posibilidades, además de ser un postre estupendo. El cerdo le va muy bien, eso si, si te gusta el contraste de dulce con salado. Aunque como sólo va por encima en caso de que alguien no sea muy forofo por la combinación de sabores, con quitar la capa superior está todo solucionado.
Con este plato de horno, disfrutaras de los sabores y el color que da a la carne es una maravilla.
¿Qué se necesita?
- Dulce de Membrillo
- Solomillo de Cerdo
- Cebollas
- Patatas
- Ajos
- Sal
- Pimienta
- Aceite de Oliva Virgen Extra
Precalentamos el horno a 180ºC
Mientras que el horno coge la temperatura ideal, elegimos una fuente para horno.
Pelamos y cortamos en rodajas finas cebolla y patata, la cantidad al gusto de cada uno, tened en cuenta que será la cama del solomillo.
Esparcimos unos 5 ajos con piel, que habremos aplastado un poco, antes de poner sobre las cebollas.
Colocamos también las patatas y salpimentamos todo.
Salpimentar el solomillo y colocarlo sobre el lecho de cebollas, ajos y patatas.
Sobre el solomillo colocar unas lonchas de dulce de membrillo.
Meter al horno durante unos 35 minutos o hasta que lo pinchéis y no salga liquido rosa.
Ya sólo queda que nos sentemos en la mesa a disfrutarlo.
¡Espero que os haya gustado!
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