martes, 17 de mayo de 2016

Tarta Oriental

Las Ferias son un no parar y una gran oportunidad para ver a gente con la que coincides solo en estas fechas. Es un lugar de encuentro y en algún momento de ellas seguro que aparece alguien al que saludar. :)
Desde que empezaron hasta ayer eran todo actividades y conciertos. Hoy que ya ha terminado, algunas atracciones aún están abiertas y han bajado el precio. Se conoce popularmente como el día del niño.
Para estas fiestas creo que esta tarta especial y deliciosa es una buena manera de poner un broche de oro entre tanto ajetreo.
Esta tarta invita a descansar y disfrutar de la compañía de los amigos. No solo es espectacular y el aroma inunda tu cocina al hornear sino que lo mantiene durante el tiempo que dure la tarta. Aunque siendo realista... dura poco.
En ella, utilizamos las estupendas fresas que están llegando a todas las fruterías desde hace meses, junto con el frescor de los limones y el exótico aroma del cardamomo.
¿Qué se necesita?
- 125 g de Mantequilla
- 112 g de Azúcar
- 1 Limón
- 2,5 g de Cardamomo (sin la cascara)
- 2 Huevos
- 1 Yogur Griego
- 175 g de Harina
- 3/4 de cucharadita de Levadura
- Pizca de Sal
- 9 Fresas
- 30 g de Chocolate Negro
Precalentamos el horno a 180ºC.
Abrimos las vainas de cardamomo y sacamos las semillas.
Con ayuda de un mortero trituramos las semillas para que queden en polvo y reservamos.
Batimos juntos el azúcar y la mantequilla tipo pomada.
Cuando tengamos una mezcla homogénea añadimos la ralladura de limón y su zumo poco a poco para que quede todo bien integrado.
Añadimos el cardamomo en polvo.
Incorporamos los huevos uno a uno.
Ahora vertemos el yogur.
Tamizamos la harina con la levadura y la sal, vamos añadiéndolo para que se incorpore todo perfectamente.
Verter en un molde previamente engrasado y al horno.
Después de unos 35 minutos o cuando la varilla de madera salga limpia, sacar del horno.
Dejamos que repose en el molde y luego en una rejilla hasta que se enfríe. 
Fundimos el chocolate.
Hacemos una pequeña manga pastelera con papel de horno haciendo un pequeño cono que llenaremos con el chocolate y al que le cortaremos la punta para que salga el chocolate fundido. 
Con la manga hacemos hilos en la parte de arriba del bizcocho.
Ahora lavamos las fresas, las secamos y las cortamos para quedarnos con las "montañitas de las fresas", como dicen mis niños.
Gracias a la ayuda de mis maravillosos ayudantes las montañitas quedaron perfectamente colocadas al final de cada hilo de chocolate y en el centro.
Lo que nos queda de las fresas es el mejor premio para los ayudantes. ;)
 El truco
Si no se tiene un mortero a mano, se pueden meter las semillas en una bolsa y pasarlas un rodillo por encima.  
¡Espero que os guste!

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