¡Que bueno es desayunar algo hecho por ti mismo!
Con este bizcocho a vetas o mármol, se desayuna con otra cara, aunque estés recién levantado.
Durante la semana no suelo tener mucho tiempo para desayunar aunque un buen desayuno es importante y eso si es sagrado. Hay que salir de casa listo para poder hacer frente a todo y con un bizcocho tan esponjoso como este, lo veras todo de otro color.
De todas formas, quizá sea más delicioso si lo degustas una mañana tranquila de fin de semana con unas vistas estupendas y el sol acariciando la mesa del desayuno...
Que idílico sería, aunque a mi esto no me pasa, je, je, je. Mi mañana de fin de semana a la hora del desayuno comienza por un: "¡QUIERO DESAYUNAR!" de mi peque, que parece que no la damos de comer por que se levanta con más hambre que el perro de un ciego. Y luego un: "¡Yo ayudo!" de los otros que luego se pelean por preparar la mesa del desayuno con su mantel o por poner el cacao en la mesa o el zumo o las cucharillas o cualquier cosa necesaria para un buen desayuno.
Pero eso si, cuando saco el bizcocho y cada uno tiene su ración en el plato, con su vaso de leche y cacao con una pajita para beber, por supuesto. Ahí, es cuando surge el maravilloso milagro de... esa mañana tranquila con vistas estupendas al ver sus sonrisas en la cara y el sol acariciando la mesa del desayuno. :)
¿Qué se necesita?
- 150 g de Harina
- 1 Cucharadita de Levadura
- 25 g de Chocolate del 74 % de Cacao
- 75 g de Mantequilla
- 150 g de Azúcar
- 3 Huevos M
- 50 ml de Leche Entera
Precalentamos el horno a 180ºC.
Engrasamos un molde rectangular metálico o si es de silicona no hace falta engrasarlo.
Tamizamos la harina con la levadura y la reservamos.
En un cuenco pequeño fundimos el chocolate en el microondas por tiempos de 20 en 20 segundos, removiendo cada vez que pase ese tiempo para que no se queme. Reservamos.
En un cuenco grande batimos la mantequilla y el azúcar para que haga una mezcla cremosa.
Añadimos los huevos uno a uno para que queden bien incorporados.
Vertemos la leche y mezclamos.
Ahora vamos a ir echando la harina con la levadura poco a poco.
Separamos la mitad de la mezcla en otro cuenco.
A una de las mezclas vamos añadiendo poco a poco el chocolate fundido con movimientos envolventes, hasta que quede una mezcla homogénea.
En el molde que vamos a hornear, hay que ir intercalando a cucharadas la mezcla clarita y la mezcla de chocolate hasta que terminemos los dos cuencos.
Metemos el molde en el horno durante unos 45 minutos o hasta que comprobemos con una varilla de brocheta que esta sale limpia al pinchar el bizcocho.
Ya sólo queda esperar a que se enfríe para vivir una de esas mañanas estupendas.
¡A disfrutar!
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