viernes, 29 de junio de 2018

Yo comí en China


Fui a comer en China en diferentes tipos de restaurantes, los que hay en los hoteles, los restaurantes típicos en los mercadillos donde sólo los autóctonos comen y en restaurantes para turistas.

En Luoyang en un hotel en el que los candados y cadenas de la puerta de la habitación eran pocos para todo el jaleo que se oía, encontramos un extraordinario restaurante.

En el, probamos su cerdo al ajillo que nos transportó a sabores típicos de España, estando en la China profunda.

Por que en China, la comida no es como la de los restaurantes chinos de España.

La comida es distinta según la zona que visites puesto que con la variedad de etnias que hay en China cada una tiene diferentes raíces y referencias gastronómicas, a pesar de que la etnia Han sea la más numerosa del país.

Sus mercados locales en los "pueblecitos", son muy pintorescos, puesto que puedes encontrar todo tipo de animales vivos, listos para llevartelos a casa y cocinarlos.
También en los mercados de comida local, es muy típico que se vean diferentes partes de las aves, listas para comprar o consumir. 

En las calles comerciales hay muchísima gente y ambiente nocturno. 

Comimos en Xian en un restaurante donde sólo comía gente de allí.

Fue una prueba de fuego para estómagos fuertes e intrépidos, si conseguías avanzar por el suelo pegajoso al estilo de la mejor tasca olvidada del centro de Madrid.
Muchos de los que fueron no comieron ni el caldo que pedimos, ni una gelatina que parecían patatas al pimentón, ni los pinchos ensartados en metal oxidado, quizá algo de arroz salteado y pan tipo naan, si.

En China comimos estupendamente bien y aprendí a comer con palillos.

Después de probar tantas comidas distintas, a mi la que me fascinó sin duda alguna fue el pato laqueado que tomamos en Beijing.

En un fantástico restaurante con peceras donde enormes peces nadadan. Un cocinero con un habilidoso uso del cuchillo conseguía hacer unos filetes finísimos de pato lacado.

Sobre unas finas y pequeñas tortitas de maíz se iban colocando unas tiras de cebolleta, de pepino y un filete de pato. Lo enrrollabas, mojabas un lado en la salsa de soja, y a disfrutarlos.

En España no he comido un pato laqueado como el que comí en Beijing. No se si sería el ambiente, la compañía, o que no se puede hacer igual la comida de un país fuera de el.


Por lo tanto recomiendo que si pasáis por Beijing en China, no perdáis la oportunidad de probar este maravilloso plato de pato laqueado.

Y si viajáis a China no olvidéis que hay que disfrutar de este país, de su cultura y su gastronomía aunque sino te arriesgas con la comida exótica quizá pases hambre.


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